Presentación

La guía didáctica que presentamos a continuación es uno de los productos del proyecto de investigación “Irene: un libro de trabajo basado en la literatura clásica para la resolución de conflictos”. Este proyecto ha sido desarrollado por un equipo interdisciplinario con el propósito de integrar la enseñanza de la Cátedra de la Paz en las instituciones de educación secundaria en Colombia. El proyecto Irene utiliza textos clásicos de la literatura griega y romana como herramientas didácticas que promueven la reflexión crítica, el diálogo constructivo y la resolución pacífica de conflictos. La presente guía se enfoca en una adaptación del método socrático para aplicarse en diversos contextos. La propuesta es una metodología de debate que no se centra en determinar quién tiene la razón, sino en la búsqueda de consensos, en un ambiente que fomenta el respeto por la diversidad de opiniones y la construcción colectiva de soluciones.
El propósito de la guía es que los participantes se involucren en un proceso de diálogo que les permitirá abordar distintos tipos de conflictos (interpersonales, sociales, políticos) y desarrollar habilidades esenciales para la convivencia pacífica, la empatía y el pensamiento crítico. El material, originalmente diseñado para el ámbito escolar, también es aplicable en una amplia variedad de entornos. Profesores, talleristas u orientadores pueden implementarlo en contextos diversos donde se busque fomentar el diálogo siguiendo los principios dialécticos del método socrático, adaptado para la resolución de conflictos.
El proyecto Irene y esta guía en particular subrayan la importancia de las humanidades como un medio valioso para afrontar problemas contemporáneos como la paz, la justicia y la convivencia, ya que su centralidad en la comprensión del ser humano y de su contexto pueden contribuir a la transformación social.
El desarrollo de este proyecto ha sido posible gracias al apoyo financiero de la Universidad de La Sabana, el King’s College London, la Universidade do Estado do Amazonas y el Arts and Humanities Research Council (AHRC), instituciones comprometidas con la promoción de la paz y la educación a través de enfoques transdisciplinarios.
Invitamos a utilizar libremente este material, en su formato impreso o digital. También animamos a adaptarlo de acuerdo con las necesidades del entorno, en cuyo caso agradeceremos citar el proyecto: “Irene: un libro de trabajo basado en la literatura clásica para la resolución de conflictos (GL1668)”. De nuestra parte, nos encantaría recibir sus inquietudes, comentarios, retroalimentación, así como evidencia audiovisual de su implementación, que podamos compartir en la página web y en las redes sociales del proyecto. Sus aportes contribuirán a mejorar la guía, difundir la adaptación del método socrático y fomentar un intercambio de experiencias valiosas. Por favor, envíen sus aportes a través de https://proyectoirene.pages.dev/ o @irene_paz_col en Facebook, Instagram y Twitter.
¡Agradecemos su colaboración para seguir construyendo juntos!
A. ¿Qué es el método socrático?
El método socrático es un procedimiento de diálogo y razonamiento que se basa en la confrontación de ideas opuestas a través del intercambio de preguntas y respuestas. En la adaptación que presentamos en esta guía, los interlocutores buscan ahondar en un tema, no con la intención de ganar una discusión, sino de llegar colectivamente a una comprensión más clara y consensuada sobre el asunto que se está debatiendo. Cada pregunta que se formula y cada respuesta que se ofrece lleva a una reflexión más profunda, permitiendo que una conclusión se construya colaborativamente con los aportes de todos los participantes en la discusión.
El método socrático ha sido ampliamente utilizado en la educación desde la antigüedad. Se encuentra expuesto en los diálogos platónicos, donde Platón recrea a su manera las conversaciones que su maestro Sócrates sostuvo con otros personajes con el fin de analizar temas filosóficos y políticos. En lugar de transmitir conocimiento de manera unidireccional por medio de la exposición del maestro, esta adaptación del método socrático busca llegar a consensos mediante el diálogo. Así, el profesor, el tallerista o el orientador tiene el rol de guiar la formulación de preguntas y ayudar a la validación de las respuestas.
Una de las mayores fortalezas del método socrático es que fomenta el pensamiento crítico. Los participantes no solo se ven animados a cuestionar sus propias ideas, sino que también deben considerar las perspectivas de los demás. De esta manera, el proceso socrático mejora la capacidad de análisis, reflexión y respeto por la diversidad de opiniones, ya que cada persona puede aportar desde su propia perspectiva. Este enfoque también promueve la introspección, pues invita a los participantes a examinar sus propios puntos de vista y a estar abiertos a revisarlos a la luz del diálogo colectivo.
Por su naturaleza, este método es especialmente valioso para el desarrollo de habilidades de resolución de conflictos, ya que enseña a los participantes no solo a dialogar y escuchar activamente, sino también a abordar desacuerdos de manera constructiva. El proceso socrático permite que las diferencias de opinión se transformen en oportunidades para avanzar en la comprensión mutua, lo cual genera un espacio en el que las soluciones no son impuestas, sino construidas colectivamente. De esta manera, los participantes aprenden a negociar y a consensuar con el objetivo de resolver conflictos de manera pacífica y respetuosa.
B. ¿Qué aprendizajes se buscan desarrollar?
La adaptación del método socrático tiene como objetivo desarrollar una serie de aprendizajes en los participantes, que van más allá de la simple memorización de conceptos o de saber quién tiene la razón. Estos aprendizajes son fundamentales para fomentar un pensamiento crítico y una convivencia pacífica. A continuación, se detallan los principales aprendizajes que se buscan desarrollar:
Análisis y síntesis: Los participantes aprenden a analizar y sintetizar información para lograr una mejor comprensión de un tema, lo cual implica descomponer las ideas en sus partes más simples para examinarlas a fondo y luego integrarlas en una visión coherente.
Pensamiento crítico: Se fomenta la capacidad de cuestionar y evaluar ideas y argumentos, mediante la identificación de posibles contradicciones, prejuicios, falacias o incoherencias. Esto les permite a los participantes desarrollar un juicio más depurado y una mejor capacidad para discernir entre diferentes puntos de vista.
Comunicación asertiva: Se induce a los participantes a expresar sus pensamientos y emociones de manera clara y respetuosa, al mismo tiempo que aprenden a escuchar y valorar las opiniones de los demás. Gracias a ello, no solo el diálogo constructivo se fortalece, sino que también promueve un ambiente de respeto y comprensión mutua.
Reflexión y autocrítica: El proceso socrático invita a los participantes a reflexionar sobre sus propias creencias y suposiciones. Dicha introspección les permite evaluar el alcance y las limitaciones de sus propias opiniones, con lo que se fomenta la autocrítica y el crecimiento personal.
C. ¿Cómo implementar el método socrático?
Implementar el método socrático en entornos donde se desee fomentar el diálogo constructivo, requiere seguir una serie de pasos que guían a los participantes a través de un proceso de análisis y reflexión. El tiempo estimado para la actividad es de una hora. A continuación, se presenta una metodología sencilla para poner en práctica este enfoque.
Actividad preparatoria
La reflexión inicial y las normas de participación que se exponen a continuación pueden ser leídas por turnos entre los participantes. Se puede responder a las preguntas que surjan a medida que se avanza. Para fomentar la discusión, se pueden plantear preguntas adicionales como: “¿Qué es una opinión?”, “¿Qué es un argumento?”, “Qué entendemos por ‘escucha activa’”, “¿Sabemos dialogar de manera constructiva?”, etc.
Reflexión inicial: El docente, tallerista u orientador debe comenzar con una reflexión para motivar a los participantes a cuestionarse cómo interactúan con las opiniones de los demás. Se puede usar el siguiente texto:
En muchas ocasiones no estamos de acuerdo con lo que opinan nuestros familiares, amigos, compañeros o colegas. Pero, ¿cómo estamos tan seguros de que esa persona está equivocada? ¿Alguna vez le hemos preguntado por qué piensa de esa manera? ¿Nos hemos tomado el tiempo de analizar sus argumentos con detenimiento? ¿Son nuestras emociones o nuestros razonamientos los que nos indican que se está equivocando?
El método socrático es una forma de aprender a encontrar consensos mediante el diálogo. No es una tarea fácil, pero si usamos la escucha activa, respetamos a los demás más allá de sus opiniones, analizamos antes de emitir juicios basados en emociones del momento, y nos expresamos con argumentos bien fundamentados, los resultados pueden sorprendernos.
Acuerdos de convivencia: Para que el diálogo socrático sea efectivo, es fundamental establecer una serie de normas de participación que garanticen el respeto mutuo y la fluidez del intercambio de ideas. Las normas permiten que todos los participantes se sientan cómodos al expresar sus opiniones y aseguran que el proceso sea constructivo y colaborativo. A continuación, se sugieren algunas normas básicas que pueden adaptarse según el contexto:
Levantar la mano para intervenir: Todos los participantes deben levantar la mano para pedir la palabra antes de hablar, con lo que se garantiza que se mantenga el orden en la discusión y que todas las voces tengan la oportunidad de ser escuchadas sin interrupciones
Intervenciones breves y claras: Las intervenciones deben ser concisas y bien fundamentadas. Se debe evitar extenderse demasiado para permitir que otros también tengan la oportunidad de participar. Una buena intervención incluye un argumento claro y, si es posible, evidencia que lo respalde.
Respeto por las opiniones ajenas: Es esencial que cada participante escuche activamente y respete las opiniones de los demás, incluso si no está de acuerdo. Los desacuerdos deben expresarse de manera respetuosa, utilizando fórmulas como “en mi opinión, creo que…” o “considero que hay otra perspectiva…”.
Evitar interrupciones: No se debe interrumpir a quien está hablando. Todas las opiniones son importantes. Esperar el turno para hablar demuestra respeto a los demás y sus ideas.
Uso adecuado del lenguaje: El lenguaje debe ser respetuoso y adecuado para el entorno. Se debe evitar levantar la voz o proferir insultos, ataques personales o expresiones que puedan ofender a los demás. El objetivo es promover un diálogo constructivo, no una confrontación.
Centrarse en los argumentos, no en las personas: Las discusiones deben girar en torno a los argumentos y no a la persona que los emite. Se debe evitar personalizar las críticas o hacer comentarios que ataquen a los compañeros en lugar de sus ideas.
Mantener una actitud abierta: Los participantes deben estar dispuestos a reconsiderar sus propios puntos de vista a la luz de los argumentos presentados por otros. El método socrático es un proceso de análisis colectivo, donde todos pueden aprender y contribuir al entendimiento mutuo.
Explicación del método socrático
En la guía de los participantes, que está adjunta a este documento, se incluye una brevísima biografía de Sócrates y una explicación sencilla del método socrático. Se recomienda que esa parte de la guía sea leída por turnos entre los participantes, lo que permitirá un mejor entendimiento del método y fomentará la discusión desde el inicio. Al leer la historia de Sócrates, los participantes podrán hacer preguntas, comprender el propósito del diálogo socrático y cómo aplicarlo en el proceso de reflexión y resolución de conflictos.Implementación de la adaptación del método socrático
Cuestión inicial
Una vez realizada la actividad preparatoria y explicado el método socrático, se debe elegir una afirmación inicial que fomente el debate, adaptada al contexto en el que se implementará el método. Es fundamental que esta afirmación sea cuidadosamente seleccionada para que promueva una discusión rica y participativa.
La afirmación debe ser incompleta, ambigua o que lleve a una conclusión errada, lo que se denomina ‘falacia’. El propósito de esta elección es generar un punto de partida polarizador, de modo que los participantes, a través de sus intervenciones, se vean motivados a matizar, suavizar o cuestionar la contundencia de la afirmación. Esto impulsa a los participantes a examinar las distintas perspectivas y a trabajar en la búsqueda de consensos a medida que se desarrolla el diálogo.
Por ejemplo, se podría utilizar una afirmación como: “Para alcanzar la paz, un bando debe ceder a los interese del otro”. En este caso, la formulación de la idea invita a que los participantes aporten otros puntos de vista, contrasten con experiencias personales o busquen ejemplos que cuestionen o modifiquen la afirmación inicial, con lo que se promueve una discusión dinámica y reflexiva.
La afirmación puede ser propuesta por el docente, el tallerista, el orientador o, idealmente, por uno de los participantes. Otros ejemplos de afirmaciones provocadoras son:
- La inteligencia es algo innato y no se puede desarrollar.
- La felicidad está relacionada con la cantidad de dinero que tiene una persona.
- El éxito solo es posible si tienes contactos.
- El género determina las capacidades de una persona.
- La democracia es el único sistema de gobierno que funciona.
- La educación formal es la única manera de lograr el éxito profesional.
- El perdón beneficia al victimario, no a la víctima.
- Las tradiciones no deben cambiar, porque definen nuestra identidad.
- La venganza es una respuesta justa ante una injusticia.
- El trabajo duro es el único factor que define el éxito.
- Las emociones no deben tener lugar en las decisiones importantes.
- Las leyes deben ser acatadas sin cuestionarlas.
- La ciencia siempre tiene la razón porque sus resultados son verificables.
- Los líderes nacen, no se hacen.
- El fracaso es un signo claro de que alguien no es lo suficientemente capaz.
- Los pobres lo son porque quieren.
- El respeto se debe ganar, no se da gratuitamente.
- Las personas que cometen errores graves no merecen segundas oportunidades.
- La neutralidad es la mejor opción en cualquier conflicto.
- La apariencia física refleja nuestros valores.
- Ser hombre significa ser fuerte.
- Los recursos naturales son inagotables.
- Las personas buenas son obedientes.
- Las personas exigen derechos, pero evitan responsabilidades.
- La paz más injusta es mejor que la guerra más justa.
- Si quieres paz, prepárate para la guerra.
- Si todo el mundo lo hace, debe estar bien.
- Las mayorías nunca se equivocan.
- Si evitas hablar del problema, finalmente desaparecerá por sí solo.
Opiniones
Por turnos, los participantes expresan sus opiniones sobre la afirmación inicial. Se deben registrar de manera concisa en el tablero o en una pantalla visible para todos. Si no se cuenta con estos recursos, se pueden asignar a uno o dos participantes como secretarios, quienes anotarán las opiniones en un cuaderno o en un celular.
Validación y refutación
Una vez que todas las opiniones hayan sido expresadas, comienza el proceso de validación y refutación. Cada participante, por turnos, evaluará las fortalezas y debilidades de las opiniones previas. Es esencial que se explique que todas las opiniones tienen al menos una debilidad y una fortaleza. A su vez, debe subrayarse que el lenguaje utilizado debe ser cuidadoso para evitar herir los sentimientos de los demás. Se puede aconsejar a los participantes que usen expresiones como las siguientes:
- Lamentablemente, no puedo estar de acuerdo con tu opinión, porque...
- No estoy de acuerdo con esa opinión, pues...
- Encuentro algunos problemas con esa idea, en cuanto que...
- Considero que hay mejores alternativas, tales como...
- Comprendo lo que dice, pero me parece que…
Reelaboración
Después de la validación y refutación, el grupo debe reformular la afirmación original, integrando las fortalezas de los diferentes puntos de vista. Si no se llega a un consenso, se repiten los pasos 2 (Opiniones), 3 (Validación y refutación) y 4 (Reelaboración). Es importante recordar a los participantes que no siempre es posible llegar a un acuerdo inmediato y que se necesiten más sesiones para lograrlo. También es importante recalcar que el valor del ejercicio radica en la reflexión crítica y en el proceso de diálogo continuo, pues el intercambio de opiniones nos permite avanzar hacia consensos que faciliten una convivencia pacífica que se logra respetando y valorando nuestras diferencias.
D. Variación
La actividad puede dividirse en varias sesiones, según lo considere oportuno el docente, el tallerista o el orientador. Para enriquecer el diálogo, se puede asignar una lectura previa o un video relacionado con el tema, de modo que los participantes lleguen a la discusión con un mayor contexto y opiniones más fundamentadas.
Si en la primera sesión no se logra una reelaboración completa de la afirmación inicial, se puede dejar para la siguiente sesión. Durante ese tiempo, los participantes pueden comprometerse a investigar más sobre el tema, lo que les permitirá refinar sus argumentos y contribuir de manera más sólida en la siguiente etapa del diálogo. Se recomienda que las sesiones complementarias no superen una hora.
E. Evaluación
La evaluación de la aplicación del método socrático puede adaptarse a las necesidades y objetivos de los participantes. A continuación, se presentan varias posibilidades de evaluación:
Escrito reflexivo: Los participantes pueden redactar un breve escrito en el que reflexionen sobre los resultados del diálogo socrático. Pueden incluir una biografía ampliada de Sócrates, con resúmenes de los diálogos platónicos más importantes y definir conceptos clave como argumentación, argumento, contraargumento, falacia, persuasión, escucha activa, asertividad y respeto.
Evaluación de grupo: Los participantes pueden llevar a cabo una evaluación colectiva donde, al final de la actividad, cada persona comente qué ideas cambiaron o se fortalecieron a través del diálogo. Además, se puede evaluar el proceso de consenso: ¿Logramos construir una solución conjunta? ¿Cómo les pareció el proceso?
Plan de acción: Después del diálogo, los participantes pueden crear un plan de acción colectivo que resuma las soluciones o consensos alcanzados y cómo implementarlos en su contexto particular (comunidad, equipo de trabajo, etc.). El plan permitirá ver cómo el método socrático puede llevar a acciones concretas.
Encuestas de retroalimentación: Los participantes pueden completar una encuesta de retroalimentación anónima para evaluar la efectividad del método socrático para mejorar el entendimiento mutuo y la resolución de conflictos. Preguntas como: ¿Te sentiste escuchado/a? ¿Cambiaste tu perspectiva después del diálogo? ¿Cómo evaluarías la calidad del debate? pueden ayudar a medir el impacto del proceso.
F. Guía para los participantes
¿Podemos llegar a consensos?
Guía práctica de diálogo para la resolución de conflictos basada en el método socrático
Introducción
Presentamos en esta guía una adaptación del método socrático para la resolución de conflictos. Su objetivo principal es concientizar a las personas de la necesidad del diálogo constructivo, el análisis crítico y la búsqueda de consensos. La guía también busca motivar a las personas a crear espacios de intercambio de ideas donde los participantes puedan cuestionar sus propias suposiciones y las de los demás. El proceso dialógico además procura construir una comprensión colectiva que respete la diversidad de perspectivas y se aleje de la imposición de opiniones. Se espera que los participantes no solo aprendan a dialogar, sino también a negociar y llegar a consensos, habilidades clave para una convivencia armoniosa. La guía está diseñada para cualquier grupo de personas interesadas en facilitar el diálogo, ya que puede aplicarse en diferentes contextos:- En la comunidad: permite que las personas discutan problemas locales y busquen soluciones conjuntas.
- En el entorno familiar: ayuda a mejorar la comunicación y a resolver malentendidos entre familiares o amigos.
- En el ámbito laboral: facilita la resolución de conflictos entre compañeros de trabajo.
¿Quién era Sócrates?
Sócrates es uno de los filósofos más importantes de la historia de la filosofía occidental. Nació en Atenas, Grecia, en el año 469 a.C., es decir, hace casi 2500 años. Aunque se sabe poco sobre su infancia y juventud, se cree que su padre era un escultor y su madre una partera. Sócrates no dejó ningún libro escrito, por lo que la mayoría de lo que sabemos sobre él proviene de las obras de sus discípulos, especialmente de Platón.
A diferencia de muchos filósofos de su época, Sócrates no se centraba en el estudio de la naturaleza o el universo, sino en el estudio de las cuestiones morales y éticas. Sócrates creía que el conocimiento y la sabiduría eran la clave para vivir una vida buena y virtuosa. Nuestro filósofo era conocido por su estilo de enseñanza. En lugar de dar respuestas directas a sus interlocutores, hacía preguntas para hacerlos reflexionar y llegar a sus propias conclusiones.
Sócrates tuvo muchos discípulos y seguidores, pero también enemigos. Sus ideas y enseñanzas cuestionaban las realidades de su época, por lo que Sócrates fue condenado a muerte por blasfemia y corromper a la juventud de Atenas. Sus acusadores pensaban que estaba introduciendo nuevos dioses y estaba alejando a los jóvenes de la democracia. Fue obligado a beber una copa de cicuta, un brebaje venenoso que lo llevó a la muerte en el año 399 a. C. A pesar de esas injustas acusaciones, la vida y las enseñanzas de Sócrates han influido en muchos filósofos y pensadores posteriores. Su visión de la ética y la importancia del conocimiento y la sabiduría siguen siendo relevantes hoy en día.¿Qué es el método socrático?
El método socrático es un proceso de diálogo y razonamiento que se basa en la confrontación de ideas a través de preguntas y respuestas. En lugar de llegar rápidamente a una conclusión, el objetivo es profundizar en el análisis de un tema mediante el intercambio de diferentes perspectivas. Este método fomenta la escucha activa, la reflexión crítica y el respeto por las opiniones ajenas. Gracias a este proceso, los participantes cuestionan sus propias ideas y las de los demás, lo que permite construir consensos y llegar a soluciones que integren la diversidad de opiniones.
¿Cómo podemos aplicar el método socrático para la resolución de conflictos?
Antes de iniciar la discusión, es importante prepararse para escuchar sin prejuicios. A menudo, no estamos de acuerdo con las opiniones de los demás, pero ¿cómo estamos tan seguros de que esa persona está equivocada?, ¿me he puesto en la tarea de analizar sus argumentos alguna vez?, ¿son mis emociones o mis razonamientos los que me indican que se está equivocando? El primer paso es cuestionar nuestras propias suposiciones y abrirnos al diálogo. El método socrático no se basa en que alguien gane o pierda una discusión, sino en enriquecer el entendimiento mutuo. Durante la actividad, todos deben respetar las siguientes normas:- Escucha activa: Presta atención sin interrumpir a los demás.
- Intervenciones breves y claras: Expresa tus ideas de manera concisa y respetuosa.
- Centrarse en los argumentos: Critica o apoya ideas, no a las personas que las emiten.
Con el apoyo del docente, tallerista u orientador seguimos los siguientes pasos del esquema:
Cuestión inicial: se plantea una afirmación sobre un tema que queramos analizar. Por ejemplo, “Para alcanzar la paz, un bando debe ceder a los interese del otro”.
Opiniones: por turnos, cada participante expresa brevemente su opinión sobre la afirmación y la registra en un cuaderno, agenda, celular u otro medio disponible.
Validación y refutación: examinaremos ahora las fortalezas y las debilidades de las afirmaciones, siempre con el mayor respeto.
Reelaboración: con las fortalezas de las afirmaciones trataremos de construir una nueva afirmación en la que todos estemos de acuerdo.
Si no llegamos a un consenso, repetiremos los pasos b) Opiniones, c) Validación y refutación y d) Reelaboración.
Reflexión final
Es posible que debamos repetir los pasos varias veces, incluso en una o más sesiones, pues hay temas difíciles de tratar, pero el diálogo nos permitirá entender la dificultad y reconocer tanto el valor de las opiniones de los demás como las falencias de las nuestras. Finalizamos contestando a estas preguntas: ¿cómo te sentiste durante el proceso de discusión?, ¿cómo describirías el proceso de intentar llegar a un consenso?, ¿te pareció útil?
Enlaces de descarga
A continuación puede descargar la guía completa y la guía para los participantes: